By David Preiss. daviddpreiss@gmail.com
1. No estoy enseñando solamente. Estoy acompañando a mis estudiantes durante una pandemia. Ni mis estudiantes ni yo esperábamos que Íbamos a tener un semestre sin actividades presenciales. Nuestras clases online son también momentos de intercambio humano, no sólo de aprendizaje.
2. Este no es el momento para dudar de la honestidad de mis estudiantes. Transmitiré que confío en su capacidad para aprender y estudiar sin mi control presencial. Espero que esa confianza motive a mis estudiantes a estar a la altura de las circunstancias y actúen con integridad.
3. Siempre es importante puntualizar qué es importante en un curso. Ahora no solo es necesario, sino que es imprescindible. Más aún: el curso debe priorizar aquellos contenidos que sean significativos para los estudiantes en medio de una pandemia. No podré enseñar todo.
4. Me preocuparé semana a semana del bienestar de mis estudiantes y de mis ayudantes. Haré explícita esa preocupación de un modo no invasivo durante mis clases online y les mostraré que estoy disponible para ayudarlos académicamente.
5. Usaré la pantalla razonablemente. Tendré presente que no es esperable que estudiantes puedan sostener su concentración de modo permanente del modo que lo hacen en clases presenciales. Intentaré incorporar otros estímulos que acoten el tiempo que uso hablándoles sin pausa.
6. Crearé sesiones que no sean de enseñanza de contenidos sino que de reflexión compartida sobre material significativo y relevante tanto para mis contenidos como para la experiencia que están viviendo. Buscaré material que no había considerado originalmente.
7. Tendré mucho cuidado de que la experiencia online no reproduzca e incremente las brechas de nivel socioeconómico o género ya existentes. Estaré muy atento a problemas de acceso y no supondré que todos los estudiantes tienen acceso a Internet todo el tiempo. Seré flexible.
8. Estaré atento y consciente de mi propia fragilidad durante la pandemia. Usaré esa consciencia para no exigirme más allá de lo que es razonable en estos momentos tratando de cumplir siempre con mi deber pedagógico. Estudiantes necesitan un profesor, no un héroe.
9. Tendré presente que no estoy solo. Estaré en contacto con mi comunidad académica y proveeré ayuda y pediré ayuda de mis colegas cuando la necesite. El aislamiento durante la pandemia no significa que la universidad deja de existir. La mantenemos viva si seguimos en contacto.
10. Demostraré esperanza. Explicaré a mis estudiantes que podemos hacer cosas significativas aun en la pandemia. Enseñamos y aprendemos porque es también un modo de cuidarnos y de superar todos juntos este momento. Promoveré la solidaridad con y más allá de mis clases. Enseñaré.
Teaching during the COVID19 pandemic: 10 principles.
1. I am not just teaching. I am supporting my students throughout a pandemic. Neither my students nor I expected that we would have a semester without face-to-face activities. Our online classes are also moments of human interaction, not just learning.
2. This is not the time to question my students’ honesty. I will convey that I trust their ability to learn and to study without my face-to-face supervision. I hope my trust will motivate my students to rise to the occasion and to act with integrity.
3. It is always important to point out what is important in a course. Now it is not only necessary, it is essential. Furthermore, my course must prioritize content that is meaningful to the students in the midst of a pandemic. I won’t be able to teach everything.
4. Every week, I will pay attention to my students and my assistants’ well being. I will make that concern explicit during my online classes in a non-invasive way. I will make myself available to help them academically.
5. I will use the screen reasonably. I will bear in mind that I should not expect my students to sustain their attention online in the same way than they do in face-to-face lessons. I will try to incorporate other material in my lessons so I set limits to my time lecturing.
6. I will create sessions that are not for teaching contents but rather for sharing ideas on material that is relevant and meaningful both for my subject matter and for their actual experience. I will look for material that I had not originally considered.
7. I will be careful so the online experience does not reproduce and increase the existing socioeconomic or gender gaps. I will be prepared to connectivity issues and will not assume that all students have Internet access at all times. I will be flexible.
8. I will be aware of my own fragility during the pandemic. I will use that awareness so not to push myself beyond what is reasonable at this moment while always trying to fulfill my pedagogical duty. Students need a teacher, not a hero.
9. I will keep in mind that I am not alone. I will be in touch with my academic community and provide help and ask for help from my colleagues when I need it. Isolation during the pandemic does not mean that the university ceases to exist. We keep it alive if we keep in touch.
10. I will show hope. I will explain to my students that we can do meaningful things even in a pandemic. We teach and learn because it is also a way of taking care of us and of overcoming this moment together. I will promote solidarity within and beyond my classes. I will teach.
About the Author
David Preiss is a Psychology professor at the Catholic University of Chile and a member of the Mind, Culture, and Activity editorial board.